sábado, 18 de agosto de 2012

LUCAS CARRIÓN-VÁZQUEZ, (a) LUCAS KARRVAZ (y II).


Una charla con el escultor, 
a propósito de su estancia en Torrebaja (Valencia).






            Después de aquello, imagino tuviste otros trabajos.
  • Claro, de allí me marché a "Lladró", donde hacía modelos para las figuras de su estilo... Sí, eran unas figuritas finas, muy estilizadas, de un género muy particular. Trabajaba con plastilina, buscando las formas... Bueno, yo no era un primer espada y me daban figuras de relleno o de segunda línea. Hubiera podido hacer otras cosas, pero me di cuenta que aquello no era lo mío, por eso no fui constante, ni quise encasillarme en lo que me mandaban hacer... Además, yo quería encontrar mi propio estilo, no me importaba tanto que fuera mejor o peor, pero que fuera el mío. De allí me fui a una fábrica de bronce muy importante entonces –"Lafuente"-, que tenía unos noventa empleados; allí hice lo mismo que en "Lladró" pero con el bronce. Claro, allí conocí este material, lo que fue muy interesante para mí, lo trabajaba directamente, como el hierro: calentando el metal, doblando las piezas, puliéndolas, etc. Esto lo hace muy poca gente, porque es muy difícil. Estando allí tuve problemas con el gerente... Resulta que el director de la empresa me vino un día con una piedra que dijo haber encontrado en el río y que tenía cierto parecido con la cabeza de una mujer. Y me la dejó para ver si se me ocurría hacer algo con ella... Yo la cogí y le puse un pañuelo atado bajo la barbilla y varios elementos del campo, un escabillo y eso, como si fuera una mujer del campo. La termino y se la entrego al gerente, diciéndole que era la pieza que me había encargado el director, que era Enrique Lafuente. El gerente se la lleva y al cabo del rato viene con la figura y me dice: Deposítela cuidadosamente en el cubo de la basura... Yo cogí la pieza y le di unos martillazos, porque no quería que nadie tuviera una figura mía, le puse un saco y le di varias pasadas con goma-laca, de forma que se quedara rígida... Bueno, la figura todavía la tengo en casa, simboliza el paso del tiempo, algo que madura y finalmente se pudre... Sin embargo, aquello me produjo cierto fastidio. El caso es que pensé en marcharme de la empresa, porque yo quería hacer otras cosas. Así que subí a despedirme del director, aduciendo los motivos que me llevaban a tomar esta determinación, y aproveché para decirle que lamentaba que no le hubiera gustado la figura que me encargó. Entonces me comentó algo que me sorprendió, pues dijo: Pero, ¿hiciste algo con aquella piedra? Y le expliqué lo que me había dicho el gerente, "que la depositara cuidadosamente en el cubo de la basura...". Anécdotas como estas te van descubriendo cómo es la vida...
El escultor José Lucas Carrión Vázquez (Torrebaja, 1951), alias Lucas Karrvaz, tras la entrevista (2012).

            Entonces, ¿cómo fue que comenzaste a hacer las esculturas de hierro que caracterizan tu estilo?
  • Después de marcharme de "Lafuente" es cuando comencé a hacer las esculturas de hierro que constituyen mi estilo... Por entonces conocí al mejor crítico que he tenido. Aunque no soy partidario de utilizar esta palabra, porque eso de criticar es una falacia... ¿Cómo va alguien a criticar la Gioconda o una pintura de Miguel Ángel, la Maja de Goya o cualquier otra obra clásica? Pienso que el crítico debiera llamarse cronista o de cualquier otra manera... Resulta que un grupo de artistas hicimos una exposición en el bajo del Ayuntamiento de Valencia; sí, en unos locales que dan a la calle de la Sangre. Yo presenté una figura inspirada en la Venus del Espejo de Velázquez, donde se ve una figura femenina tumbada, pero sustituyendo el espejo por un libro. Y para pasar el rato, otro escultor y yo nos pusimos a criticar nuestras propias obras, haciendo broma del asunto. En ese momento había por allí un señor contemplando la escultura con mucha atención. Entonces el señor, mirando por encima de sus gafas se dirige a nosotros, diciendo: Señores, deberían ustedes sentirse afortunados de poder contemplar esta obra, porque ustedes no saben lo que están viendo, el arte que tiene esta figura, porque fíjense ustedes en tal y cual... –entonces yo le explique que era el autor y la broma que estábamos haciendo-. El hombre se me acercó y me dijo: Permítame que le dé un abrazo de felicitación, joven... –y me abrazó-. Este hombre resultó ser Manuel Real Alarcón, que era quien organizaba la Tertulia de Artistas en la radio valenciana, y que tanto ha hecho por la mayoría de artistas de nuestra generación, hasta el punto que junto a nuestro nombre deberíamos poner el suyo en pequeño. Este hombre me organizó una exposición en el palacio del Marqués de Dos Aguas en Valencia, y a partir de ese momento el público valenciano comenzó a conocer mi obra, y que yo existía...
           
        Se nombra aquí al célebre ceramista conquense, Manuel Real Alarcón (Cuenca, 1917-Valencia, 1986), importante personaje y de gran influencia en el mundo artístico valenciano.[1]-[2]

     Me decías que también estuviste en París, y que montaste tu propio estudio en Mislata (Valencia).
  • Si, bueno, lo de montar mi estudio fue antes de ir a París... Alquilé un bajo en Mislata y empecé a trabajar en algo “seguro”, esto es, un modus vivendi que me permitiera sobrevivir, a la vez que hacer lo que quería. Porque era consciente que lo que yo hacía no me lo iban a comprar, al menos de inmediato, y tampoco quería encasillarme haciendo algo como lo que había hecho en "Lladró" o "Lafuente". Fue entonces cuando comencé a diseñar y fabricar medallas y trofeos deportivos. Tuve la suerte de conocer a unos empresarios italianos y empecé a fabricar este tipo de objetos para Italia, que luego, por cierto, se vendían en España como italianos... Por entonces diseñé también un abrecartas para la FIAT, que era muy curioso y elegante. Conmigo trabajaba Paco Soriano –se refiere a Francisco Soriano Calomarde (a) el Tracas- que era de Torrebaja, fallecido hace poco... Paco era una gran persona y muy buen profesional, trabajaba la talla de madera y montó su taller en el bajo que yo tenía en Mislata; sí, a veces también trabajaba conmigo, incluso su padre, que ya era mayor, y su esposa... Claro, él tenía allí su banco y hacía sus encargos de talla, pero cuando yo tenía mucha faena me ayudaba... Un día se presentaron en el taller unos representantes de la SEAT con uno de aquellos abrecartas que yo había hecho para los italianos, diciendo que querían lo mismo pero que en lugar de FIAT tuviera sus siglas. Entonces le dije a un ayudante que me trajera un cajón que había debajo del torno, donde yo guardaba una treintena de aquellos abrecartas, pero sin pulir... Al verlos, dijeron: Pero, ¿cómo es que tienes esto aquí? Cómo va a ser, porque los fabrico yo... –les respondí-. Claro, se quedaron de una pieza.

            Desde luego, José Carrión es una caja de sorpresas, pues tienen anécdotas de todo tipo. Durante el relato de estos sucesos, mi entrevistado se ríe con ganas y su risa resulta contagiosa, pues lo cuenta con mucha gracia y todo tipo de imitaciones. Y sigue diciendo:

  • Vaya que sí, y tengo otra que me sucedió con unos franceses... Resulta que yo gané en Francia un concurso para diseñar una medalla con motivo de celebrar el bicentenario de la Revolución Francesa; y cuando los franceses vieron que Lucas Karrvaz era un español se quedaron de piedra... Sí, esto de tener tantas anécdotas que contar significa que nos estamos haciendo viejos, ¡seguro...!
El escultor José Lucas Carrión Vázquez (Torrebaja, 1951), alias Lucas Karrvaz, tras la entrevista (2012).


            ¿Qué puedes decirme del conjunto de esculturas que tienen tu firma en los jardines de la Ciudad de las Artes y las Ciencias en Valencia, cómo surgió aquello?
  • Verás, un amigo mío arquitecto, cuando le preguntan qué es la ciudad de las Ciencias de Valencia, responde que son unos edificios muy bonitos que ha construido Calatrava junto a las esculturas de Lucas Karrvaz... Bromas aparte, allí tengo varias esculturas y, según dice Elena de las Heras Esteban en su obra -“La escultura pública en Valencia. Estudio y catálogo” (Valencia, 2003)-, yo soy el artista que tiene más esculturas en aquel complejo. Todo surge a raíz de la urbanización de la zona... Los arquitectos que llevaban el tema contactaron con algunos escultores valencianos para mantener una entrevista y exponerles lo que pretendían, colocar una serie de esculturas cuyo tema genérico sería la pretecnología, y en un segundo momento, la música... De esta forma empecé a trabajar, diseñando varios dibujos, siendo así como presenté los inventos que allí se exponen: El Fuego, donde se ve una mujer soplando sobre un montoncito de ramas; después La Caza, basado en una pintura rupestre, donde se ve un ciervo herido por una flecha y un cazador que se acerca a rematarlo con una lanza; después La Siesta, representado por un pastor con el botijo al lado –aunque aquello no les parecía un invento-; luego está La Siega y El Llanto del agricultor ante la cosecha perdida y Las Inclemencias: la lluvia, el trueno, el rayo, las nubes... Esta última es una escultura de catorce metros que está algo deteriorada, porque todos estos elementos que tenía eran móviles y la gente se colgaba de ellos... Por esta razón, el Ayuntamiento los ha ido retirando, para evitar algún accidente. Después está la escultura del caballo, cuando se incorpora al campo... Aquí se ve un hombre junto a un caballo, pero no domándolo con un látigo, sino negociando con el animal. El hombre le entrega una herradura a cambio de su trabajo y el animal acepta el trato a cambio de que el hombre lo cuide y se ocupe de él: así se explica esta fusión, pues las patas delanteras del animal se hacen unas con las del hombre –justamente, el nombre de la escultura es Aliados-. Después está El Espantapájaros, que no deja de ser un invento... Allí se ve la bufanda del monigote arrastrada por el viento, y también el pelo y el vestido del mismo, buscando el movimiento, pues figura que está en un campo, al aire libre... Y así varias esculturas más. Me gustaría añadir que en este proyecto de la pretecnología trabajé junto con Antonio Marí, un escultor de Jávea (Alicante); cada uno elegimos un tema, de forma que nuestros trabajos resultaran armónicos y complementarios. Él es el autor de obras tan estupendas como "Andante", "Pescador", "Forjador", "Escritura" y "Azada"; todas ellas se exponen en el mismo entorno. Fue una experiencia muy interesante, donde se demuestra que la suma de un escultor más otro no da dos, como cabría esperar, sino alguno más; porque, en lo que hace a la colaboración artística, como en tantas otras cosas de la vida, si se abandona el egoísmo personal, los  trabajos conjuntos se enriquecen...

            En este punto se hace referencia a las esculturas que el artista tiene en los jardines de la Ciudad de las Artes y de las Ciencias en Valencia. El conjunto de figuras se halla tras la fachada oriental del Museo de las Ciencias Príncipe Felipe, una extensa zona de césped donde crecen distintas variedades de árboles, con riachuelos artificiales de agua corriente, bancos, puentes, grupos de piedras, etc. Las figuras escultóricas responden al estilo figurativo, tan peculiar del autor, construidas en hierro y dispuestas sobre un poyo circular de obra. Se alude arriba al libro de Elena de las Heras Esteban, una tesis doctoral dirigida por D.F. Javier Pérez Rojas y editada por el servicio de publicaciones de la Universidad de Valencia (2003), en cuyo catálogo aparece nuestro autor.[3] Asimismo, el artista dice que "la suma de un escultor más otro no da dos" aludiendo a lo que en biología sería la Teoría General de Sistemas (TGS), del austriaco Ludwing von Bertalanffy, donde se demuestra que la suma de las células de un organismo vivo es algo más que el cómputo numérico de ellas.

"El Pastor" obra de Lucas Karrvaz en los jardines de la Ciudad de las Artes y de las Ciencias en Valencia (2001-2002).

Detalle del perro en "El Pastor", obra de Lucas Karrvaz en los jardines de la Ciudad de las Artes y de las Ciencias en Valencia (2001-2002).

            José Carrión, ¿cómo surgió el acrónimo Lucas Karrvaz con el que firmas tus obras?
  • Bueno, esto también tiene su historia... Mi primer nombre es José y podría decirse que éste murió en Teruel. Yo tenía una moto y me la robaron y el que me la robó tuvo un accidente de tráfico y se mató. Este individuo fue dado por muerto y enterrado con el nombre que figuraba en la documentación de la moto, José Lucas Carrión Vázquez. En aquel momento yo iba camino de Zaragoza con unos amigos, para las fiestas del Pilar... Ya puedes imaginar el follón que se preparó en casa, pues fui dado por muerto; pero a los pocos días aparezco yo... Hubo que buscar una fe de vida y todo el papeleo necesario para demostrar que yo estaba vivo. El caso es que a partir de entonces firmé como Lucas Carrión Vázquez, pero como resultaba muy largo como firma artística, lo resumí poniendo Lucas Carrvaz. Esto fue poco antes de la época en que estuve en París con un grupo de artistas. Allí hicimos una exposición en la calle –fuimos precursores de este tipo de exposiciones al aire libre, que se ha popularizado después-, y en el cartel donde se anunciaban las obras de cada artista, el que hizo el cartel, que era un polaco, escribió mi nombre como Lucas Karrvaz, porque en polaco se escribe así. Yo fui a quejarme del error, pero los compañeros me convencieron de que así sonaba mejor, con más fuerza, y así se quedó... Lo de unir mis apellidos con un guión proviene de una cuestión semántica, y también estética; fue mi hermano Mariano quien comenzó a escribirlo así en sus publicaciones científicas en Estados Unidos, porque resulta que "Carrión" en inglés significa "carroña", y la verdad es que no suena bien. En definitiva, se trata de una cuestión menor y de marketing, pero mi nombre completo y  verdadero es José Lucas Carrión Vázquez y el de mi hermano, Mariano Sixto...


El entrevistado hace mención a su estancia en París (1975-78), donde se integró en el Colectivo de Artistas de "Le Chichy", lo que le dio la oportunidad de exponer su obra en distintas ciudades francesas, además de en Italia y Suiza, incluso en el Salón de las Naciones de Ginebra.


            Aparte de en los jardines de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, ¿en qué países podríamos encontrar alguna obra significativa tuya?
  • Pues, en treinta y tantos países... Una de las obras más significativas o internacionales que tengo es una escultura inspirada en la Grupa Valenciana de Sorolla, que hice para el Valencia FC. Sí, los directivos del Valencia querían una figura, algo representativo de Valencia que entregar como regalo a los clubes extranjeros que visitaban. Primero hice una serie de veinticinco y luego otras tantas, pero tenían el problema de que pesaban mucho, unos veinticuatro kilos cada una, pues eran de metal macizo; la segunda serie la hice hueca, pero no conseguí que bajaran de los quince kilos... Sí, algo parecido a lo que pasa con “El Torico” de Teruel, que parece pequeñito sobre la columna, pero pocos saben que pesa cincuenta y cuatro kilos... También tengo una obra en el Museo Vaticano, lo que no deja de ser un gran honor para mí, pues muchos pagarían por tener allí una obra suya. Se trata de una escultura de san Daniel Comboni, santo italiano que estuvo de misionero en África. Cuando me propusieron hacer la imagen del santo, yo no sabía qué hacer, tuve que leerme su biografía y tratar de encontrar lo más significativo de su vida para tratar de representarlo con sus características... Bueno, no me encargaron la obra directamente, primero hubo un concurso, donde yo participé junto con otros artistas italianos, pero eligieron mi boceto. Al final hice al santo con una cruz detrás, más insinuada que hecha, acogiendo con los brazos a unos niños que buscan amparo en él, lo que representa los más caros valores del santo... Hice dos imágenes, una para el Vaticano y otra para Brescia, su lugar de nacimiento; sí, una ciudad junto al lago Garda, al norte de Italia. La obra me supuso una gran satisfacción, más personal y artística que económica; porque ya sabes como son los curas...

            Se alude aquí al célebre lienzo de Joaquín Sorolla –“Grupa Valenciana” (1906)- en el que el artista pintó a sus hijos, Joaquín y María, montados en un caballo, ricamente enjaezado al estilo del país.[4] Asimismo, se menciona a san Daniel Comboni (Brescia, Italia, 1831-Sudán, 1881), sacerdote misionero y obispo italiano en África, fundador de los Misioneros Combonianos, beatificado y canonizado por Juan Pablo II (1996-2003).[5] Según noticias emitidas por la Agencia AVAN (Noviembre, 2003), el Ayuntamiento de Roma premió una imagen dedicada al fundador del Instituto misionero de los Combonianos, obra del artista valenciano Lucas Karrvaz, por haber sabido expresar "de forma extraordinaria los valores y labor evangelizadora" del personaje "tal y como reconoció el jurado integrado por miembros del instituto misionero y del consistorio romano". La escultura de Comboni está labrada en hierro, mide 1,20 metros y pretende ser instalada en el Museo Africano de Verona (Italia). Se trata de un grupo escultórico donde la imagen del santo "rodea con una mano una cruz y en su lado izquierdo figura un corazón cuya forma dibuja el relieve del continente africano". Una réplica de esta escultura, en menor tamaño, será colocada en Limone sul Garda (Brescia), el lugar de nacimiento del santo.[6] El premio a nuestro artista le fue concedido en el contexto de la "Grande Mostra D`Arte" celebrada en el Palacio de la Cancillería del Vaticano en Roma, entre los días 28 de septiembre y 7 de octubre. La mencionada exposición fue organizada por el Ayuntamiento romano y los Institutos Misioneros Cambonianos, "con motivo de la canonización del santo", el pasado 5 de octubre (de 2002). Al acto asistieron importantes personalidades del mundo cultural, político y eclesiástico, y tuvo un gran éxito de público y de crítica, lo que traduce el alto nivel de las obras seleccionadas. Entre las más de cien obras presentadas, de artistas europeos y africanos, el jurado decidió otorgar la Mención de Honor a la obra "Padre Comboni" de Lucas Karrvaz, basada en hierro forjado, por manifestar "con explicito realismo los valores más queridos del santo" -así lo reconoce una nota de prensa publicada en Italia con motivo de esta muestra, a finales de 2002-.


            Aquí en el Rincón de Ademuz hay varias obras tuyas: “La cigüeña que trae el euro” y “Trujalia: la Vaca Loca”, ambas en Torrebaja y “El Caminante”, en Casasbajas, ¿qué puedes decirme de ellas?
  • Sí, estas obras se encuadran en aquella I Bienal de Escultura al aire libre que hicimos, donde expusieron artistas de muchos países... “El Caminante” es una obra simbólica, pues, en tanto caminante, para llegar a cualquier sitio lo primero es dar el primer paso... De ahí la firmeza y determinación que transmite esta escultura, que personalmente me gusta mucho... A partir de ahora voy a tratar de venir más por Torrebaja, porque lo sucedido con algunas personas en relación con la Posada del Arte no tiene por qué afectar a todos. Sabes que fui nombrado, creo que inmerecidamente, "Hijo Predilecto" de Torrebaja; lo acepté porque había que aceptarlo, aunque no me gusta mucho esa designación, porque creo que un padre o una madre no debe tener predilecciones por un hijo. A raíz del Parque Escultórico en el Rincón de Ademuz, yo intenté comprar el edificio de la posada, para hacer aquí una residencia de artistas, porque yo tenía entonces mucha relación con la UNESCO, y la posibilidad de conseguir becas y becarios, etc.; pues aquella idea estaba funcionando bien en USA. Pero cometí el error de confiar demasiado en los políticos, y no sólo me sentí ninguneado, sino como si me hubiera intentado llevar algo de aquí con todo aquello. Hace tiempo me llamó por teléfono Javier Varela –se refiere a don Francisco-Javier Varela Tortajada-, el anterior alcalde, invitándome a volver al pueblo y reconociendo que estaban en deuda conmigo, que qué podían hacer... Yo le dije que no volvería hasta que me nombraran Tonto del pueblo... Pero lo he pensado mejor y en agradecimiento a los que me nombraron "Hijo Predilecto" voy a volver... ¡De hecho, aquí estoy!
"La cigüeña trae el euro", obra de Lucas Karrvaz en Torrebaja (Valencia).
"Trujalia, la vaca loca", obra de Lucas Karrvaz en Torrebaja (Valencia).
Detalle de "Trujalia, la vaca loca", obra de Lucas Karrvaz en Torrebaja (Valencia).

¿Tienes algún proyecto inmediato?
  • Actualmente, estoy embarcado en un proyecto con la fundación MOMA, para construir un museo de mi obra y una casa de acogida para artistas emergentes. Se trata de un proyecto muy ambicioso -lo primero que me propusieron fue hacer un templo del arte, como homenaje a la obra de Lucas, aunque a mí me parecía demasiado-. Pero ya te digo, todavía estamos en conversaciones y todo esto es sólo un proyecto...

            Para concluir, dime algo de tu vida personal y familiar.
  • Bueno, puedo decirte que “cometí” matrimonio... Mi esposa se llama Paloma y tenemos un hijo de 22 años, Alejandro... Compré una casa en La Malvarrosa; se trata de un edificio emblemático donde estuvo viviendo Manuel Azaña durante la guerra. Tiene un jardín enorme y esta al lado de la casa-museo de Blasco Ibáñez. Allí tengo también el taller...

            A modo de epílogo.
            En alguna ocasión he propuesto públicamente a José Lucas Carrión Vázquez (a) Lucas Karrvaz como artífice de una escultura para colocar en “La Cruz de los Tres Reinos” (Arroyo Cerezo-Castielfabib), un monumento que hubiera podido inaugurarse con motivo del VIIIº Centenario de la Conquista Cristiana de Ademuz y Castielfabib por Pedro II de Aragón (1210-2010).[7] Cuando le comento al artista mi proposición, reconoce que es cierto, pues se habló de esta idea, incluso mantuvo una conversación al respecto con el maestro Gonzalvo, pues su idea era que en aquel proyecto trabajaran tres artistas, uno por cada comunidad: Gonzalvo lo haría por Teruel y él por Valencia, otro lo haría por Cuenca. Aquello no cuajó, pero todavía estamos a tiempo...
            En este somero repaso de la vida y obra del autor, le hemos visto rememorar sus recuerdos de infancia en Torrebaja y su formación inicial en Santa Emerenciana de Teruel. Desde aquellos lejanos días nuestro artista ha ido madurando como persona y como creador, descubriendo su propio estilo y el material con el que expresarse, hasta el punto que hoy podemos disfrutar de una amplia y rica producción de "esculturas vivas". Entre sus obras proyectadas, merece la pena recordar que participó en el concurso organizado por el Word Trade Center Memorial, en homenaje a las víctimas por los atentados de las Torres Gemelas de Nueva York, del 11 de septiembre de 2001: su maqueta quedó finalista, entre los ochenta y cinco mil proyectos presentados de 165 países.[8]  


En suma, nuestros recuerdos de infancia se desvanecieron, como nos esfumaremos nosotros. Pero el nombre de Lucas Karrvaz y su ingenio merecerá pasar a las enciclopedias, y parte de su obra quedará en los museos. Pues lo que crea es arte elevado a la más alta expresión, con la particularidad de ser construido en parte con materiales de desecho, esto es, con hierros viejos y oxidados, "dándoles -como él dice- una segunda oportunidad". Todo un símbolo para nuestra sociedad. Gracias, José Carrión por tu obra y por honrarnos con tu amistad. Que el primer paso de "El Caminante" propicie tu regreso a esta humilde tierra que te vio nacer... Vale.


De la Real Academia de Cultura Valenciana (RACV).




ADENDA
Manifestaciones del escultor:
  • Esculpir es una forma de expresar un sentimiento en lucha con la materia.
  • Cualquiera puede decir maravillas de tu arte, pero el verdadero currículo de un artista son sus obras; voy a intentar explicar por qué soy escultor y que mis obras digan el resto.
  • Soy escultor por la necesidad que tengo de exteriorizar mis sentimiento, he elegido la chatarra de hierro que reciclo en mis obras, como homenaje a un material que ya ha cumplido su misión; el hierro es para mí el más noble de los materiales y con el que mejor consigo expresar mis ideas.
  • Mi reto es conseguir que, además de la belleza de sus formas, unos trozos de hierro oxidados, retorcidos e inservibles, sean capaces de expresar y transmitir sentimientos e inquietudes.
  • Mis esculturas suelen reflejar hechos, tradiciones, sentimientos, tragedias, leyendas, acontecimientos culturales e históricos, y personajes anónimos de la vida cotidiana, porque considero que un artista debe ser cronista del tiempo que le ha tocado vivir.


[1] DE LA RICA, Carlos. Ceramistas conquenses: Manuel Real Alarcón. (Consultado el 27 de mayo de 2016)
[2] La cerámica alrededor del grupo Parpalló: El Grupo Parpalló y la Cerámica. (Consultado el 27 de mayo de 2016)
[3] DE LAS HERAS ESTEBAN, Elena (2003). La escultura pública en Valencia. Estudio y catálogo. Servicio de publicaciones de la Universidad de Valencia, Valencia,  p. 108, 484 y 497. Dicho catálogo contiene algunos errores que conviene rectificar, pues obras como "Andante", "Pescador", "Forjador", "Escritura" y "Azada" se adjudican a Lucas Karrvaz, cuando en realidad son de Antonio Marí, escultor de Jávea (Alicante) con el que trabajó nuestro autor. Al respecto, puede consultarse una web, que recoge el contenido del texto de referencia, donde se mantienen los deslices mencionados. Vid Jardines de la Ciudad de las Artes y de las Ciencias de Valencia. (Consultado el 27 de mayo de 2016)
[4] Grupa Valenciana. (Consultado el 27 de mayo de 2016)
[5] Daniel Comboni. (2012, 23 de junio). Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: 09:06, agosto 18, 2012.
[7] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. De Ademuz y Castielfabib a las Navas de Tolosa, del lunes 16 de julio de 2012.
[8] WORD TRADE CENTER SITE. Memorial Competition. (Consultado el 27 de mayo de 2016)


- GALERÍA FOTOGRÁFICA -

"La Caza" obra de Lucas Karrvaz en los jardines de la Ciudad de las Artes y de las Ciencias en Valencia (2001-2002).

Detalle de "La Caza" obra de Lucas Karrvaz en los jardines de la Ciudad de las Artes y de las Ciencias en Valencia (2001-2002).
"La Siega" obra de Lucas Karrvaz en los jardines de la Ciudad de las Artes y de las Ciencias en Valencia (2001-2002).

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