sábado, 3 de noviembre de 2012

LA CULTURA DE LA MANZANA EN EL RINCÓN DE ADEMUZ.


Un proyecto histórico comarcal, 
a propósito del "banco de tierras" de Torrebaja (Valencia).



“En Torre Baja se huele a manzana.
Es un olor persistente. No te cansas de respirarlo”
-Francisco Candel Tortajada (1925-2007),
escritor casasaltense afincado en Barcelona-.





 Palabras previas.
Imaginemos a un viajero que hubiera pasado por el Rincón de Ademuz medio siglo atrás... Si volviera a pasar hoy, viniendo por ejemplo de Teruel, lo que quizá más llamara su atención sería el abandono de los campos de cultivo aledaños al Turia, singularmente desde Villel (Teruel) hasta Casas Bajas (Valencia). Tal vez habría que hacer una excepción en Ademuz, donde todavía se ven muchas fincas cultivadas, aunque no sabemos por cuanto tiempo.
            
Obviamente, le llamaría también la atención la mejora en las comunicaciones –carreteras y caminos-, y en el urbanismo, casas, viviendas y servicios de los pueblos. Pero, como decía, lo más lacerante sería observar el abandono del campo. Lícitamente podría preguntarse, ¿qué ha pasado aquí, qué ha sido de los cuantiosos árboles frutales, de aquellos alfalfares y frondosos maizales? En el mejor de los casos, los antiguos manzanares han sido sustituidos por choperas, pero la mayoría de los campos se hallan baldíos, con muchos frutales secos y los márgenes perdidos.
            
El abandono del agro se halla en relación con el censo de estos municipios, que en los últimos cincuenta años han perdido más de la mitad de su población. Esto es un hecho incuestionable. La emigración del campo a la ciudad y el consiguiente vaciamiento de los pueblos es algo generalizado, que afecta a la mayoría de los pequeños pueblos del entorno comarcal de Cuenca y Teruel –extensivo a todo el interior peninsular-; fenómeno sociológico que, cronológicamente, tiene su origen en los años cuarenta y cincuenta del pasado siglo, y aún antes, lo cual se halla en relación con la industrialización del país y el requerimiento de mano de obra barata poco cualificada producido en la época del Despegue económico (1951-57), al final de la Era Azul del franquismo. Para no perder la perspectiva, cabe recordar que en el ecuador del siglo XX la renta per cápita en España era todavía inferior a la de 1929.[1] Entre ambas fechas tuvieron lugar una serie de acontecimientos calamitosos: el final de la Dictadura primorriverista y el advenimiento de la II República, la Guerra Civil y una larga posguerra, que concluye con el final de la Autarquía.

Mozas "escogiendo manzanas" en Torrebaja (Valencia), ca1955-65.


Vista de Torrebaja (Valencia), desde el camino de El Rento,
en la margen derecha del Turia (2012).


Reseña para un estudio sobre la cultura de la manzana.
En septiembre de 1964, el escritor casasaltense Francisco Candel Tortajada (1925-2007)[2] estuvo en nuestra comarca con unos amigos catalanes: vinieron caminando desde Teruel y entraron en la zona por Mas del Olmo, pasaron por Puebla de San Miguel, Sesga, Casas Bajas, Casas Altas, Ademuz y Torrebaja, desde donde continuaron hacia Teruel... Fue un viaje al Rincón de Ademuz, pero también por algunos pueblos del Rincón de Ademuz: sus impresiones, sobresaltos y congojas las dejó en un libro –Viaje al Rincón de Ademuz (Barcelona, 1977)-.[3] Se trata, no obstante, de lo que él percibió o creyó ver, porque la realidad depende del color del cristal con que la miramos. A Torrebaja llegaron procedentes de Ademuz:
  • Llegamos a Torre Baja al cabo de unas dos horas. El lugar de seguir la carretera echamos por un atajo que nos han indicado, bordeando la huerta feraz, verde y lujuriosa. Ahora ya no es como los días anteriores en que no encontrábamos a nadie por los caminos. Ahora continuamente encontramos grupos de hombres que vienen del campo o de otros trabajos. Nos saludamos y nos miran como a pájaros raros y a mí esto me azora...[4]
            
Según vemos, partieron de Ademuz vía El Soto y al llegar al Empalme, en vez de continuar por la carretera en dirección al Montecillo, tomaron el camino de Las Vueltas, que discurre por la base del monte, bajo los cantiles arcillosos que bordean la margen derecha del Turia, hasta Torrebaja, pasando junto a la ermita de San José y molino de su nombre. Respecto a Torrebaja, dice:
  • No. Pero es verdad. En Torre Baja se huele a manzana. Es un olor persistente. No te cansas de respirarlo. Dilatas las narices y ensanchas el pecho. En Torre Baja todo son almacenes de manzanas. Los mulos cruzan arriba y abajo cargados hasta con cinco cajas de esa fruta. A mí, ahora, me gustaría ser un laureado poeta lírico [...] a fin de poder cantar la manzana de Torre Baja, la manzana del Rincón de Ademuz, la manzana de mi pueblo, la olorosa y substanciosa manzana que dirían unos [...]; la olorosa y enjundiosa manzana [...], la aromática y sazonada manzana, que dirían otros...[5]
           
Y continúa su loa:
  • No. Pero es verdad. Dudo de que se críe mejor manzana en el resto de España y en cualquier otra parte del mundo. Seguro que la manzana a la que Adán y Eva clavaron el diente en el Edén, debía de ser de este tipo. Quienes la conocen y la han comido no me dejarán por embustero.[6]
           
Al releer estos párrafos del libro de Candel –me refiero a Paco Candel, como gustaba de ser llamado por sus amigos y conocidos-[7] me pregunto qué ha sido de las manzanas de Torrebaja, de la misma Torrebaja, que ha perdido el elemento arbóreo y frutal que más le identificaba: el manzano y las manzanas, los manzanos y las manzanas, pues había muchas variedades donde hoy apenas queda ninguna. Yo no sé si la manzana de la tentación bíblica sería alguna de nuestras variedades, pero no dejaré a Candel por mentiroso, ya que conocí y saboreé aquellas manzanas, y eran verdaderamente ricas: Al hincarlas el diente daban un zumo especial. Al menos yo siempre las recuerdo así... –decía. Además, también es cierto que en otoño, época de la recolección, Torrebaja y la comarca entera olía a manzanas...

Vista de El Rento de Torrebaja (Valencia), desde la barbacana de La Replaceta (2012).


La huerta de Torrebaja, ¿un caso histórico de mala suerte?
Si ustedes tuvieran hoy la oportunidad de pasear por la huerta de Torrebaja y la hubieran conocido antes, digamos en los años cuarenta, cincuenta y hasta bien avanzados los sesenta, seguro que no la reconocerían... Los frondosos vergeles de antaño se han convertido en grandes fincas más o menos cuadrangulares o rectangulares, la mayoría de ellas baldías. Los estrechos y pedregosos caminos de entonces son hoy avenidas rurales y las cenagosas acequias de tierra se han transformado en estupendas canalizaciones de cemento... -no piensen que exagero.
            
Quiénes desconozcan nuestro término dirán, ¿bueno, qué ha pasado pues en la zona, acaso se ha producido algún encantamiento que la ha dejado irreconocible? No, nada de conjuros ni nigromancias; el cambio sólo tiene que ver con la tecnología y con la política bien aplicada. Me refiero a la política en el sentido que yo la entiendo, de hacer posible lo necesario... La transformación sufrida por la huerta de Torrebaja es obra de la Concentración Parcelaria, una reconversión precisa por causa de la fragmentación de la propiedad debida a las sucesivas particiones por las herencias. Había propietarios que poseían cuatro, cinco, diez pequeñas fincas separadas unas de otras, a algunas de las cuales era incluso difícil llegar dados los malos accesos. Y donde la mecanización para hacer rentables las fincas, por la razón de su pequeñez y los malos accesos, se hacía imposible... Todo ello se solucionó con la reorganización de la propiedad, ello incluía la planificación de nuevos caminos y acequias, además del encauzamiento del tramo final del río Ebrón, para que abocara al Turia con distinto ángulo, y los puentes de La Palanca y Guerrero. Hace algunos años, escribí:
  • El proceso concentratorio se inició mediados los años setenta del pasado siglo XX (1970-79), merced a la solicitud de un grupo de propietarios de fincas, liderados por el Ayuntamiento de Torrebaja, siendo alcalde don Armando León Valero. La petición se justificaba por la dispersión parcelaria de la zona, así como por las deficientes condiciones de utilización de la vega, sometida a constantes encharcamientos, que hacían preciso un nuevo encauzamiento del río Ebrón. Ello implicaba una reestructuración de la propiedad, motivada por el nuevo cauce. Ante semejante petición, el Instituto Nacional de Reforma y Desarrollo Agrario (INRDA), fundándose en estudios previos de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), referidos a las circunstancias y posibilidades técnicas concurrentes, concluyó en la conveniencia de modificar el curso del río, y la posterior concentración de la propiedad.[8]

Vista de El Rento y El Reguero de Torrebaja (Valencia),
con detalle del puente que cruza la vega en dirección a Teruel,
correspondiente a la variante de la CN-330 de Alicante y Murcia a Francia por Zaragoza,
en su tramo de Manzaneruela (Cuenca) a Torrebaja (2012).

            
Respecto al perímetro de actuación:
  • En principio estaría formado por el término municipal de Torrebaja: “ampliado a parajes colindantes de Ademuz y Castielfabib, cuyos límites son: norte, río de Riodeva (Teruel); este, límites del paraje de La Dehesa, continuando el camino de Los Molares; sur, el mismo camino hasta cruzar el río Turia, continuando por la línea divisoria de los términos municipales de Torrebaja y Ademuz, y subiendo, en su límite oeste, por la divisoria de los términos de Torrebaja y Castielfabib, continuando luego por la carretera nacional-420, hasta su punto de contacto con el río Turia en su confluencia con el río de Riodeva” –ello suponía una extensión de 600 hectáreas-.[9]
            
Sin embargo, la actuación se limitó finalmente a una parte del término de Torrebaja, pues Torrealta se autoexcluyó, y los Ayuntamientos de Ademuz y Castielfabib se opusieron a acciones en su término. Entonces, se preguntarán ustedes, ¿si la concentración parcelaria era precisa y se ha llevado a cabo, dónde está el problema? Pues muy sencillo, en que su ejecución tardó un cuarto de siglo, ni más ni menos. Sin embargo, el Real Decreto 264/1978 por el que se autorizaba la Concentración Parcelaria de Torrebaja, firmado por el Rey Juan Carlos I, siendo Ministro de Agricultura don Jaime Lamo de Espinosa, declaraba el proyecto “de utilidad pública y urgente ejecución”.
            
El motivo de su retraso es múltiple, de un lado y principalmente por causa de la oposición de una parte minoritaria, aunque ruidosa, de propietarios, que por diversas razones no dio su conformidad al proceso. En todo caso, lo que resulta evidente es que la mentalidad de muchos lugareños era contraria a la concentración, pues no se hallaba preparada para aquel cambio. No se hacían a la idea que lo que había sido de sus padres o abuelos, o lo que ellos mismos habían adquirido con tanto esfuerzo pasara a ser de otro. Ello fue aprovechado por la Administración, primero del Estado y después autonómica, para retrasar e incluso olvidar el Real Decreto de referencia. 

No se trata ahora de buscar responsables al retraso, pues el proceso es complejo y multifactorial, con las implicaciones políticas y económicas propias del momento histórico; pero resulta evidente que el retraso afectó negativamente al proyecto. Prueba de ello es que la huerta fue abandonándose, pues nadie sabía lo que iba a pasar y ningún propietario estaba dispuesto a hacer una nueva plantación de arbolado ante la posibilidad de que luego fuera a parar a otro. Bien es cierto que no fue el único factor, pues la crisis de la agricultura era generalizada y no sólo había problemas con la producción, también con la comercialización de los productos: principalmente por la falta de cooperativas. Ello es comprensible, pero propició en última instancia el abandono progresivo de los cultivos y la ausencia de los agricultores: los viejos se jubilaron y desaparecieron, y los jóvenes no estaban dispuestos a vivir en la precariedad, como lo habían hecho sus padres y abuelos. Esto es, se produjo una fractura generacional en los agricultores, ya que los jóvenes no quisieron tomar el relevo en el cuidado y explotación de los campos, prefiriendo trabajar para terceros y un jornal...

Detalle del puente sobre la vega de Torrebaja (Valencia),
por donde pasa la CN-330 en su tramo de Manzaneruela (Cuenca) a Torrebaja (Valencia), 2012.

Vista de Torrebaja (Valencia), desde El Reguero -en la ribera derecha del Turia-, con detalle de un maizal en primer plano (2012).

            
Algún tiempo después de la entrega de los títulos de propiedad a los nuevos propietarios, un grupo de ellos pensó en constituirse en asociación, con el propósito de explotar las tierras de la concentración: así nació “Agrotorrebaja Coop. V” -una cooperativa de explotación comunitaria de la tierra-.[10] La Cooperativa estuvo formada por 24 socios, que aportaron 29 Ha en total: tuvo sus Estatutos Sociales y se gobernaba mediante Asambleas Generales anuales y una Junta Rectora, con presidente y secretaria que estuvieron en vigencia desde 2002 hasta 2010, en que la entidad se disolvió. La asociación fue un fracaso a medias, pues a su través se consiguieron diversas subvenciones que sirvieron para poner las tierras en labor –arrancamiento de tocones o raigambres del arbolado viejo, nivelación del terreno, etc.-, cultivándose durante ese tiempo cereales, primero cebada y después maíz

¿Por qué se malogró la Cooperativa? –podríamos preguntar-. Básicamente porque ninguno de los socios era agricultor, la inmensa mayoría de ellos se encontraban fuera de la localidad y ninguno estuvo dispuesto a desembolsar más cantidades que la fundacional. Todos los trabajos que requería la cooperativa había que pagarlos, lógicamente, con la excepción de la Junta Rectora y secretaria, que hacían gratis su labor. El balance anual siempre fue ajustado, no hubo pérdidas por las subvenciones del cereal. Pero cuando se planteó la posibilidad de realizar una mayor inversión, el proyecto se paralizó. Porque la idea originaria era encontrar algún agricultor de la zona, una familia que quisiera explotar las tierras de la cooperativa, contribuyendo con su trabajo como los demás aportaban sus tierras, acogiéndose a las ayudas oficiales y repartiendo después pérdidas y ganancias. Pero nunca se encontró esa familia o grupo laboral. Los trabajadores querían cobrar su jornal por labranza, siembra, riegos o cosecha, y nada más... Pero ello no era aceptable por la cooperativa, porque todo eran gastos; de ahí la decepción. Antes de disolver la sociedad se planteó la posibilidad de alquilar las tierras, para cereales, arbolado (frutales) o plantas aromáticas, pero tampoco hubo entendimiento... Finalmente, la cooperativa se liquidó: los socios fundadores recuperaron su aportación inicial y aún tuvieron un pequeño beneficio.


Vista de la vega de Torrebaja (Valencia),
don detalle del puente de la CN-330, de Alicante y Murcia a Francia por Zaragoza,
a su paso por el término (2012).


Vista de la vega de Torrebaja (Valencia),
con detalle de una acequia madre y el Parque Artesanal al fondo (2012).


Vista de la vega de Torrebaja (Valencia),
con detalle de una acequia secundaria entre dos grandes fincas, y Mas de los Mudos,
aldea de Castielfabib (Valencia), al fondo (2012).

Acerca del proyecto "Campo de Golf" de Torrebaja.
Por entonces se empezó a hablar en el pueblo de un gran proyecto que afectaba a todo el municipio, popularmente conocido como “Campo de Golf” de Torrebaja, aunque ha tenido distintos nombres. Se trataba de un macro-proyecto cuyo elemento central era la creación de un gran campo de golf en la huerta, el cual llevaba anexo una serie de actuaciones menores: viviendas de lujo y de protección oficial, apartamentos, hoteles, residencia de ancianos, hípica, observatorio astronómico, etc. El programa inicialmente planteado fue coleando durante varios años, y la información siempre fue parcial y vaga, tanto por parte de la municipalidad, como de la propia entidad patrocinadora -al menos inicialmente-; porque se trataba de un boceto "muy bonito" sobre el papel, pero sin detallar cómo se iba ha hacer, ni sus consecuencias. Quizá porque ellos -los promotores y el Ayuntamiento- tampoco lo tenían demasiado claro. 

Con todo, desde el principio se propuso un contrato previo o compromiso de venta de las tierras por parte de la empresa, ante el que muchos propietarios no pudieron resistirse, pues pagaban a 600 euros la cuartilla, cuando las mejores tierras del término no superaban los 300 euros, según precio real de mercado. La firma del contrato suponía la percepción inicial de un pequeño porcentaje del total, para cobrar la totalidad a la fecha de inicio de las obras, sin que hubiera un compromiso formal para el comienzo y remate de las mismas. Si finalmente no se realizaba el proyecto, el cual podía prorrogarse durante años, el contrato se escindía y los propietarios se quedaban con el dinero percibido. No abundaré en el asunto, pero los más interesados pueden consultar en este mismo blog una entrevista con el señor alcalde de Torrebaja –don Octavio Gómez Luis-, que mantuvo conversaciones directas con “Baltray Properties”, la empresa promotora del campo de golf.[11]


Vista de Torrebaja (Valencia), campos incultos después de la Concentración Parcelaria,
con detalle de una acequia secundaria entre dos grandes fincas sitas en El Reguero (2012).


Vista de la CN-330 sobre el puente que cruza la vega de Torrebaja (Valencia),
con detalle del Parque Artesanal al fondo (2012).


Alegaciones al Plan General de Ordenación Urbana.
Por otra parte, la ejecución del macroproyecto implicaba una remodelación previa del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). En relación con ello, cabe decir que con fecha 12 de mayo de 2011 fue publicada en el Diario Oficial de la Comunidad Valenciana (DOCV) cierta información pública, relativa al concierto previo para la revisión de dicho plan en Torrebaja (Valencia), siendo esta la razón por la que a título personal presenté ante el Ayuntamiento de Torrebaja las siguientes alegaciones:
  1. Según se recoge en la memoria justificativa, el argumento principal que ha llevado al Ayuntamiento de Torrebaja a proceder a la mencionada revisión del PGOU es "El escaso futuro de desarrollo local con el vigente Plan General, dada su escasa posibilidad de crecimiento y desarrollo económico". Al respecto, cabe alegar que aunque actualmente el desarrollo local es escaso, incluso inexistente, las posibilidades de crecimiento son múltiples y variadas, y podrían darse perfectamente en el marco del actual PGOU, esto es, sin necesidad de revisarlo ni modificarlo. Ello significa que "la expectativa de desarrollo turístico, deportivo y cultural" que se propone no sea la única posibilidad de futuro, haciendo por tanto innecesaria la pretendida "adecuación del territorio municipal para la implantación" de un macro-proyecto de turismo de interior, presuntamente generador de desarrollo local y comarcal. Todo lo cual podría resumirse diciendo que las causas que motivan la revisión del presente PGOU constituyen un silogismo o razonamiento falso, dado que la premisa inicial es incierta -aleatoria, dudosa y precaria-, además de problemática, toda vez que no es la única alternativa de futuro para el municipio.
  2. Asimismo, resulta altamente preocupante que la mayor parte del suelo rústico del municipio de Torrebaja pase a manos privadas, lo que nos retrotraería a una situación histórica anacrónica, como sería la época señorial de Torrebaja, cuando la totalidad del territorio se hallaba en manos de un solo señor, hasta el punto de que los vecinos eran colonos que pagaban un impuesto anual por el arrendamiento de las parcelas de cultivo. Dicha situación estuvo vigente hasta mediados del siglo XIX, y supuso un enorme esfuerzo y sacrificio para los habitantes y arrendatarios poder hacerse con un pedazo de tierra que fuera de su propiedad: adquiriendo de los Ruiz de Castellblanque las parcelas que cultivaban.
  3. La revisión del PGOU que se propone, exclusivamente para hacer viable el proyecto de desarrollo turístico, deportivo y cultural de referencia, significaría de facto desandar el camino recorrido por nuestros antecesores, hasta el punto de "vender" gran parte del término en pro de una sola empresa privada. Y todo ello en perspectiva de un proyecto más que dudoso en la situación de crisis actual.
  4. Visto lo anterior, hay que reconocer que el Ayuntamiento de Torrebaja se ha embarcado en un proyecto que podría tener graves consecuencias para el futuro del municipio. Justamente estimo que, dada la trascendencia del asunto, ha faltado información a los vecinos en general y a los propietarios de las fincas afectadas en particular, esto es, un debate con profundidad sobre el tema y las consecuencias sobre el municipio, pues los torrebajenses actuales no podemos ni debemos hipotecar el futuro de nuestro pueblo en aras de un proyecto de consecuencias imprevisibles, desprendiéndonos del control de gran parte del territorio municipal.

En suma: esto no significa una radical oposición al proyecto de revisión del PGOU, sino una llamada de atención al sentido común, para que se discuta la cuestión viendo el riesgo que se corre con el cambio de orientación en la trayectoria histórica, económica y medioambiental del pueblo, cuya decisión debería ser tomada por la totalidad del vecindario, no sólo por el Ayuntamiento.[12]

Respecto de tales alegaciones, todavía estoy esperando la respuesta... Por lo demás, cabe decir que el proyecto de marras ha supuesto también una paralización de cualquier iniciativa agrícola en el municipio, pues ante semejante expectativa y con un precio tan ventajoso de la tierra, ¿quién podía resistirse a vender? Por otra parte, ¿quién iba a atreverse a cultivar nada en los campos, si estos iban a ser ocupados por el campo de golf?
En la actualidad, parece que el espejismo del faraónico proyecto del “Campo de Golf” de Torrebaja ha desaparecido o se ha deshinchado. Es por ello que el Ayuntamiento ha tenido la idea de crear un “Banco de Tierras” en el municipio, con el propósito de favorecer el arrendamiento y cultivo de las fincas del término. Dicho “Banco” no es más que un fichero o base de datos donde sin coste alguno los propietarios de fincas consignan las características de las fincas que ofertan, para favorecer su consulta y alquiler por las personas interesadas en su explotación. De esta forma, el Concejo se constituye como intermediario gratuito entre propietarios y posibles arrendatarios. La idea parece buena, esperemos dé sus frutos... A propósito de lo anterior, quiero traer a esta página unas palabras de alguien tan aparentemente alejado del mundo rural y de los problemas de la agricultura como el Papa Benedicto XVI, cuando "propone dar mayor peso a la agricultura para crear un nuevo equilibrio entre los sectores económicos". Sus reflexiones tuvieron lugar en Italia -el domingo 14 de noviembre de 2010- en el contexto de unas Jornadas de Acción de Gracias por las cosechas:
  • [...] cabe replantear un nuevo equilibrio del modelo de desarrollo -refiriéndose a que la agricultura debe asumir un mayor protagonismo en el mundo económico y productivo-. [Esta revalorización de la agricultura no debe hacerse] en sentido nostálgico [sino] como recurso indispensable para el futuro. [...] Es necesario apuntar, por tanto, de forma verdaderamente concertada, sobre un nuevo equilibrio entre agricultura, industria y servicios, para que el desarrollo sea sostenible, no falte a nadie el pan y el trabajo, y el aire, el agua y los demás recursos primarios sean preservados como bienes universales. [...] educarse todos a un consumo más sabio y responsable; promover la responsabilidad personal junto con la dimensión social de las actividades rurales, fundadas en valores perennes, como la acogida, la solidaridad, en compartir el cansancio en el trabajo. [...] No pocos jóvenes han elegido ya este camino; también muchos licenciados vuelven a dedicarse a la empresa agrícola, sintiendo responder así no solo a una necesidad, sino también a un signo de los tiempos, a una sensibilidad concreta por el bien común...[13]

Vista parcial de Torrebaja (Valencia),
con detalle del puente de La Palanca sobre el río Turia, desde la CN-330,
en su tramo de Manzaneruela (Cuenca) a Torrebaja, a su paso por el término (2012).

Vista de la vega de Torrebaja (Valencia),
con detalle de varias fincas cultivadas en la partida de Las Carreteras (2012).


Vista de Las Ajuntas, partida del término de Torrebaja (Valencia),
donde el río Ebrón rinde sus aguas al Turia (2012).

Palabras finales.
Como se dice arriba, lo de Torrebaja puede parece un caso histórico de mala suerte... Pero no es así, pues mal que bien la concentración parcelaria se logró, aunque con mucho retraso. Ello ha tenido sus consecuencias, siendo la más negativa que la cadena de agricultores se ha perdido y su recuperación no será fácil. Por otra parte, pese a todos los problemas habidos, me refiero a la resistencia de algunos propietarios y de la propia Administración, y aunque la reparcelación no haya resultado perfecta, nadie, ningún dueño estaría dispuesto a volver a la situación anterior: malos caminos, acequias de tierra, fincas pequeñas y dispersas... ¿Imaginan ustedes lo que dirían nuestros padres y abuelos si pudieran contemplar el magnífico espectáculo de la vega actual? ¡De seguro no se lo creerían, pensando estar en otro lugar! Pues, merced a la concentración, la propiedad se halla agrupada en heredades de distinto tamaño, todas con fácil acceso y riego directo, a la espera de un solícito cultivador.

Propiamente, la Concentración Parcelaria de Torrebaja puede verse como un gran experimento de reorganización de la propiedad en la comarca, especialmente necesaria en esta población, donde la circunstancia histórica había propiciado una extraordinaria parcelación de la tierra. Pues no debe olvidarse que tras la abolición de los señoríos y mayorazgos a principios del siglo XIX, los descendientes del "Señor" vendieron a sus arrendatarios las tierras que éstos trabajaban en régimen de aparcería. Ello fue la causa de que casi todos los vecinos poseyeran algún terreno en el término -cosa que no ocurría en Ademuz, por ejemplo, donde la propiedad estaba más concentrada-; a lo cual cabría añadir una fragmentación añadida por las herencias sucesivas, pues, por el contrario de lo que sucedía en otros lugares –léase el “Hereu” en el norte de Cataluña, donde todos los bienes pasaban al hijo mayor-, aquí la heredad paterna se dividía a partes iguales entre todos los herederos, hijos e hijas. De esta forma, la Concentración de Torrebaja podría servir de espejo y ejemplo al resto de municipios comarcanos, pues la atomización de las propiedades impide su explotación en condiciones de rentabilidad.

Personalmente, el proyecto de campo de golf me resultaba un mal sueño, singularmente por su magnitud, y por algo más importante, como que el término municipal hubiera quedado en su mayor parte en manos de un solo propietario o entidad multinacional anónima; ello nos retrotraería a una situación similar a la de la “Torrebaja señorial” vigente hasta mediados del siglo XIX: donde un Señor era dueño del territorio y todos sus moradores arrendatarios. Pienso que lo más apetecible para la empresa patrocinadora era la situación geográfica del municipio, el microclima del valle y la pequeñez del término, que lo hacía fácilmente manejable. Sin olvidar el agua de nuestros ríos, del Turia y del Ebrón, pues al parecer la falta de agua potable será un problema en el futuro –al menos, eso dicen los entendidos-. Además, una vez concluidas las obras, los puestos de trabajo que pudieran dar los servicios anexos al proyecto, presumiblemente hubieran sido escasos y de mala calidad, no justificando en modo alguno la transacción. Pero todo esto no es más que una opinión...

Vista de la vega de Torrebaja (Valencia),
con detalle de un camino rural y acequia secundaria entre fincas,
partida de
El Armajal y Piezas Largas (2012).

Vista de la vega de Torrebaja (Valencia),
con detalle de varias fincas incultas después de la Concentración Parcelaria,
partida de Piezas Largas (2012).

Vista de la vega de Torrebaja (Valencia), con detalle de los montes del Puntal del Mediero,
desde el puente de Guerrero, partida Molino de Abajo (2012).

En suma: la agricultura debería tener su espacio en el futuro de Torrebaja y del Rincón de Ademuz, una agricultura necesariamente autóctona, variada y de calidad, a la vez que profundamente respetuosa con el medio ambiente, otra potencial riqueza. Ambas opciones, agrícola y medioambiental deberían propiciar un turismo minoritario, amante del sosiego y de la naturaleza, que fuera compatible con una pequeña industria de transformación agropecuaria razonable -verosímil y llevadera-, con el propósito de lograr un equilibrio "entre agricultura, industria y servicios, para que el desarrollo sea sostenible" -como decía Benedicto XVI-. Dicho de otra forma, queremos que esta tierra conserve sus aguas abundantes y cielos despejados, y que sin descartar otros aromas, siga oliendo a manzana... Vale.





[1] MIGUEL, Amando de. Sociología del franquismo, Editorial Euros, Barcelona, 1975, pp. 57-62.
[2] Cf. Wikipedia, voz Francisco Candel
[3] CANDEL, Francisco. Viaje al Rincón de Ademuz, Edita Plaza & Janés, S.A., Barcelona, 1977.
[4] Ibídem, p. 141.
[5] Ibídem.
[6] Ibídem, pp. 141-142.
[7] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2008). Francisco Candel Tortajada (1925-2007), en la hora de las alabanzas, en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, vol. II, pp. 221-231.
[8] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2007). Referente a la Concentración Parcelaria de Torrebaja (I y II), en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, vol. I, pp. 363-365.
[9] Ibídem.
[10] ID (2007). Referente a una Sociedad Agrícola Valenciana: “Agrotorrebaja Cooperativa”, en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, vol. I, pp. 369-370.
[11] SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Don Octavio Gómez Luis, alcalde de Torrebaja (Valencia), en la web Desde el Rincón de Ademuz, del lunes 17 de octubre de 2011.
[12] ID. Acerca del proyecto “Campo de Golf en Torrebaja”, en la web Desde el Rincón de Ademuz, del lunes 17 de octubre de 2011.
[13] El Papa propone dar mayor peso a la agricultura para crear un nuevo equilibrio entre los sectores económicos, en Actualidad del Santo Padre, PARAULA-Valencia, domingo 21 de noviembre de 2010, p. 2.

GALERÍA FOTOGRÁFICA:

Vista de la vega de Torrebaja (Valencia),
con detalle de un campo de alfalfa en la partida de Piezas Largas (2012).


Vista de la vega de Torrebaja (Valencia),
con detalle de un camino rural y una acequia secundaria entre fincas,
partida de Los Estrechuelos y Sargandonero (2012).

Vista de la vega de Torrebaja (Valencia),
detalle de un Camino Rural en la margen derecha del río Ebrón,
partida de El Armajal y Piezas Largas (2012).


Vista de la vega de Torrebaja (Valencia),
detalle de una acequia madre junto a fincas incultas en la partida de Piezas Largas,
tras la Concentración Parcelaria (2012).


Vista de la vega de Torrebaja (Valencia),
con detalle de fincas incultas tras la Concentración Parcelaria,
partida de Ambos Ríos y Sargandonero (2012).


Vista del puente de Guerrero sobre el río Turia,
que parte término entre Ademuz y Torrebaja (2012).


Vista de la vega de Torrebaja (Valencia),
partida de El Manzanal, con la población al fondo (2012).

Vista de la vega de Torrebaja (Valencia),
con detalle de una antigua plantación en la partida de El Manzanal (2012).

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